UNA BIBLIOTECA EN PLENA CALLE

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Esta es la tercera pintura de las cuatro que el equipo de gobierno tenía proyectadas para esta legislatura, con un presupuesto de 54.000 euros.

Este nuevo espacio ubicado en la calle Cilla, ya luce en todo su esplendor, ya que recientemente han concluido los trabajos de pintura del mural que completa la zona. La Brigada de Obras del ayuntamiento se afanó en acondicionar un solar que se ha convertido en un área de descanso o lectura, y que además ha servido para dinamizar esta zona tan concurrida del casco antiguo, junto al palacio del Arzobispo Argáiz acondicionado actualmente como Casa de Cultura y que alberga en su interior la biblioteca o el museo de ciencias naturales.
Durante 17 días, la empresa Globartia, que también se encargó de los murales del entorno de la iglesia de San Cosme y San Damián, se ha afanado en la realización de esta obra de arte que refleja las baldas de una estantería llena de libros. Además, se ha pintado la cenefa del azulejado que encontramos en las ventanas y escaleras de la Casa de Cultura, intentando buscar que el nuevo espacio fuera una sucesión de la misma. La pintura realiza algunos guiños, y en ella aparecen los nombres de obras de diferentes autores arnedanos o que tienen relación con la ciudad. Pero en ella, únicamente aparece el nombre de un escritor, el del arnedano Leopoldo Alas Mínguez, fallecido en 2008 a los 45 años de edad. De hecho, y como homenaje a su persona y trayectoria, este nuevo espacio ha sido bautizado con su nombre.
Pero la realización de este trampantojo de 160 metros cuadrados no ha sido tarea fácil, ya que las paredes presentaban curvaturas y grietas complicadas de salvar. Aun así, el resultado no ha podido ser mejor, y desde la empresa han marcado también el punto de la calle que tomaron como referencia para crear esta ilusión.
Pero además y como curiosidad, el propio artista Carlos López se ha mostrado muy ilusionado por haber podido pintar este mural situado frente a la Casa de Cultura, que hace unos años fue una cárcel, en la que estuvo su abuelo, Vicente López, quien pintó un cuadro plasmando lo que se veía desde su celda, y que posteriormente inspiró el libro “El pozo de las ánimas” que escribió su hijo Vicente López Préjano, padre del propio Carlos.
La grandeza de la cultura queda reflejada en este impresionante mural, que nos invita a empaparnos de ella, en un tranquilo y bello espacio en pleno corazón del casco antiguo arnedano.