San Tirso es un santo cristiano, martirizado en el año 251. Murió debido a su fe, durante la persecución de Decio. La tradición dice que Tirso soportó muchas torturas y finalmente fue sentenciado. Sin embargo, la sierra no podía cortar su piel, y finalmente se hizo tan pesada que los verdugos no podían levantarla.
Las reliquias de Tirso fueron llevadas a Constantinopla. Durante la Edad Media, su culto se extendió por territorio español, sobre todo por el antiguo Reino de León. En la localidad riojana de Arnedillo se celebra el último fin de semana de enero una romería a la ermita que se levantó en honor a este santo.