“El origen de la antigua Kalagurris era un poblado indígena denominado Kalakorikos, cuyos restos celtíberos coinciden con la época en la que desaparece el poblado del cerro de San Miguel”
David Eguizábal (Arqueólogo)
La conferencia que ofreció el pasado martes 9 de septiembre el arqueólogo David Eguizábal en la Casa de Cultura, ha planteado nuevas hipótesis sobre el pueblo celtíbero que estaba asentado en el Cerro de San Miguel. Durante la charla, bajo el título “Arnedo desde la Prehistoria hasta la Edad Antigua”, Eguizábal transmitió sus sospechas de que los primeros pobladores de la antigua Kalagurris pudieron provenir de dicho poblado.
Enmarcada en el ciclo de actividades culturales de los Cursos de Verano de la Universidad de La Rioja en Arnedo, la conferencia del arqueólogo David Eguizábal atrajo la atención de numerosos ciudadanos ante la expectación de nuevos descubrimientos sobre el pueblo celtíbero que estuvo asentado en el Cerro de San Miguel desde los siglos VI y V a.C., hasta su destrucción a finales del siglo III a.C. Y es que, según asegura Eguizábal, se sabe que este poblado fue destruido tras un duro enfrentamiento, que coincide cronológicamente con la invasión romana, una comunidad que intentaba desplazar prisioneros y cautivos a los supervivientes de sus conquistas hacia lugares más llanos donde pudieran tenerlos más controlados, mediante una técnica denominada transductio. Se trata de una hipótesis que se ha planteado también en otros lugares como Bilbilis Augusta en Huérmeda, Zaragoza, cuyo origen se plantea celtibérico aunque se desconoce si se trata de una conquista romana o fue a través de una transductio. En el caso Arnedano, Eguizábal apuesta por la utilización de esta técnica con los supervivientes del enfrentamiento del poblado celtíbero del Cerro de San Miguel, desde donde habrían trasladado a estos individuos hasta Kalagurris, anteriormente denominada Kalakorikos y de origen celtíbero, al hallar coincidencias relevantes en cuanto a la cronología y a los restos encontrados, ya que los hallados en Calahorra corresponden a la misma época en la que el poblado del Cerro de San Miguel fue destruido.
Y es que el poblado arnedano era el más importante de la zona por aquella época. Según los estudios realizados, llegó a alcanzar las ocho hectáreas de superficie, y su posición defensiva y estratégica fueron decisivas para continuar creciendo. Según los estudios, el aumento de la demografía suponía una necesidad de ampliar el terreno dominado por estos celtíberos, y en este caso, al estar en lo alto del cerro y contar con varios fosos esta comunidad llegó a alcanzar un relativo éxito hasta la llegada de las tropas romanas.
Según afirma Eguizábal, la idea es continuar estudiando los restos y elementos con el fin de encontrar nuevos puntos de vista que puedan afianzar o rechazar la hipótesis sobre Kalakorikos y el poblado del Cerro de San Miguel. Y es que tras el citado enfrentamiento entre celtíberos y romanos, poco se sabe del territorio arnedano durante los siguientes seis siglos, siendo la destrucción de este importante poblado un punto de inflexión en su historia y posiblemente en la del futuro de otros asentamientos del Valle del Cidacos.